La nariz es la característica que más realza nuestro rostro. Es el factor central y más anterior de nuestra imagen facial.
El mejor momento para realizar cualquier tipo de cirugía cosmética es aquel en el cual el paciente se sienta preparado para presentar una nueva imagen. Puede ser que piense que su nariz no está a tono con su cara, o que sencillamente no se sienta a gusto con su nariz. La rinoplastía es la cirugía para mejorar la apariencia de la nariz.
Las evaluaciones varían de persona a persona. Es muy importante conocer cuales son sus expectativas en cuanto a que es lo que espera de la cirugía, cuál es la nueva imagen que quiere proyectar o cómo piensa que puede ser el resultado final. Esto le ayuda a tener una mejor idea de sus expectativas y a estrechar la comunicación con su cirujano.
Durante el examen físico es importante evaluar deformidades internas de la nariz, las cuales pueden causar problemas de respiración. Así como también conocer si existe historial de goteo nasal, trauma, fracturas, alergias o sinusitis. Estos problemas pueden ser atendidos durante la cirugía. Es por esto que es sumamente importante la experiencia y el conocimiento del cirujano de rinoplastía, no sólo en la estética nasal, sino también en la función normal de la nariz.
La rinoplastía se puede realizar en algunos casos con una cirugía de tabique nasal, reducción de fractura o de sinusitis, si es requerida; así como con otros procedimientos cosméticos; ya sea el “face lift”, cirugía de párpados, cuello, aumento de mentón, levantamiento de la frente y cejas, o hasta el trasplante de cabello.
No importa cual sea el procedimiento cosmético a realizarse, lo importante es obtener resultados óptimos.
Siempre se busca que cada persona obtenga resultados que se ajusten a sus rasgos físicos, a la forma de su cara, su tipo de piel, edad o estatura.
El procedimiento es ambulatorio y se hace bajo anestesia general o con anestesia local y sedación, dependiendo de cada paciente, regresando a su casa el mismo día del procedimiento.
La recuperación en nuestros pacientes es usualmente de siete a diez días. Este periodo es más cómodo que en el pasado ya que no se utiliza las molestas gasas ni “mechas” dentro de la nariz. Se utiliza un vendaje nasal externo para protección durante seis días después de la operación.
Es normal cierta inflamación o hinchazón en el área de los ojos, ligeros hematomas o cambios de color temporeros; que duran de tres a seis días. Puede haber cierta molestia, sin embargo es muy raro que exista dolor. El uso de compresas frías y descanso durante los primeros días ayudan a acelerar la recuperación.
Es importante seguir todas nuestras instrucciones, al pie de la letra, para un período de recuperación más agradable y seguro. Los riesgos de sangrado nasal post operatorio son mínimos, si se siguen las indicaciones de abstenerse de ejercicios, no bajar la cabeza, no hacer fuerza y no tocarse la nariz. También el uso de medicamentos y vitaminas no recetados para su cirugía debe ser evitado, a menos que sea discutido con nuestro equipo médico.