A la pérdida auditiva se le conoce también como hipoacusia, baja audición o sordera.
Dependiendo de la localización del daño, podemos clasificar a la pérdida auditiva ó sordera en los siguientes tipos:
- Pérdida Neurosensorial
- Pérdida Conductiva
- Pérdida Mixta
Sin importar el tipo de sordera ó hipoacusia que presente, es recomendable acudir al médico y contar con un diagnóstico oportuno para atender el problema de audición.
NEUROSENSORIALEn la sordera Sensitiva, Sensorineural o Neurosensitiva lo que se ve afectado es la transformación del sonido en impulso eléctrico. Las células de la cóclea no son capaces de convertir la energía recibida en señal eléctrica disminuyendo con ésto la capacidad de escucha.
Este tipo de pérdida auditiva es la más frecuente, el problema de oído se encuentra localizada las células ciliadas del oído interno, nervio y/o vía auditiva.
Como ejemplos de este tipo de dificultad para escuchar encontramos la pérdida por exposición al ruido, por la edad, la causada por algunos medicamentos (ototóxicos) o infecciones, enfermedad de Menière, malformaciones de nacimiento o factores hereditarios, neurinoma, enfermedades metabólicas como diabetes, insuficiencia renal, etc.
CONDUCTIVALa sordera Conductiva o de Transmisión es aquella en la cual se afecta, como su nombre lo indica, la conducción del sonido.
El daño puede estar localizado en oído externo y/o medio por lo cual, la energía sonora no llega con todo su potencial a la cóclea.
Algunos ejemplos de este tipo de pérdida son los tapones de cerilla, perforación de tímpano, fractura o luxación de huesecillos, otoesclerosis (fijación del huesecillo o estribo), problema de oído por infecciones, malformación de pabellón o conducto, disfunción de la trompa de Eustaquio, etc.
MIXTAFinalmente, encontramos la sordera Mixta o Combinada que presenta componentes tanto Conductivos como Neurosensoriales.
En cualquier caso el principal síntoma de la sordera es la dificultad para escuchar y entender los sonidos que se encuentran en nuestro entorno.